Puede ocurrir que en mitad de la autopista, por desconocimiento, despiste o simple desgana, la aguja del testigo del depósito se encuentre demasiado baja. Crees que llegas a tu destino o, en el peor de los casos, a la gasolinera más cercana. Pero no. En estos casos, lo más común es quedarse parado en mitad de la carretera, con el depósito vacío. Y como no es algo que te ocurre demasiado a menudo, la mayoría de conductores fallan en lo que deben hacer cuando esto ocurre.
Y sí, además de las posibles averías que pueda ocasionar a tu vehículo (que pueden ocurrir cada vez que apuras demasiado el depósito y que poder ser muy graves), conlleva una multa que puede oscilar entre 200 y 3.000 euros dependiendo de las consecuencias que genere la imprudencia. Te las contamos a continuación.
Varias posibles sanciones
Y hablamos de consecuencias porque, según el Reglamento General de Circulación de la Dirección General de Tráfico, quedarte sin gasolina o diésel en el depósito no conlleva una sanción como tal, pero sí lo que esto puede generar. Lo normal es que, tras quedarte sin combustible, tengas que apartarte al arcén de la carretera o tengas que aparcarlo en un lugar no habilitado para ello, por lo que ahí sí te podrán sancionar: 200 euros de multa. Y cuidado: si para ello has tenido que hacer una maniobra indebida y las autoridades te han cazado, irán otros 200 euros más de sanción.
Aquí entra otro factor importante a tener en cuenta: lo más común es que el seguro del automóvil no cubra la asistencia en carretera cuando esto ocurre, por lo que te quedan tres posibles salidas: la primera, pagar una grúa que te acerque hasta la gasolinera más cercana y repostar (la opción más segura, desde luego); la segunda es llamar a alguien que te acerque gasolina o diésel suficiente; y la tercera es hacerlo tú mismo.
Otras multas y averías
Pero ojo, porque existen otros factores que terminarán más multas. Dejar el coche tirado para ir a la gasolinera más cercana a por combustible no es una buena opción, ya que de ser cazado la multa puede ser muy grande; y transportar combustible, además, en envases no homologados también conlleva una sanción. Son 3.000 euros. Así que hay que andar —circular, para ser más exactos— con mucha precaución.
Y además de todas las sanciones económicas, circular con poco o nulo combustible es muy perjudicial para cualquier vehículo. En el caso de los motores diésel, el aire entrará al circuito del motor sin combustible y el sistema de inyección no podrá arrancar con la suficiente fuerza; en los gasolina no ocurrirá lo mismo, pero los circuitos sí se resentirán. Si quieres más información acerca de todo esto, Joseba Barrenengoa, CEO de EasyGas, te lo cuenta en el siguiente vídeo.