EasyGas ha inaugurado hoy su nueva estación de servicio en O Porriño (Pontevedra), de nueva construcción y situada en la carretera A-55, salida 18. Esta nueva sucursal, de 2.656 m2 de superficie y que contará con seis surtidores, dará empleo a una decena de personas desde su apertura, aunque espera que próximamente pueda ampliar su personal.
Esta nueva estación de servicio de la localidad pontevedresa es la segunda en Galicia —tras inaugurar a finales de 2017 la primera en A Coruña— y la decimoséptima de la compañía a lo largo de la geografía española. Además, se trata de la primera de las tres inauguraciones que EasyGas prepara en tierras gallegas: se esperan, además, aperturas en Vigo y Pontevedra.
En palabras de Joseba Barrenengoa, CEO de EasyGas, se trata de “una buenísima oportunidad”: “Hemos decidido centrar en Galicia parte de nuestro modelo porque creemos que funciona muy bien”. De hecho, fueron muchos los transportistas gallegos que conocieron el nacimiento de EasyGas con la primera estación de servicio que la marca inauguró en la Autovía del Noroeste en Manzanal del Puerto (provincia de León).
La nueva estación de servicio contará con una marquesina dividida en dos zonas para cobertura de la zona de surtidores y suministro, de 519 m2 y con una altura de 6,30 metros —apta para la gran mayoría de camiones—. Se han preparado 12 posiciones de carga donde poder repostar diésel, gasolina sin plomo 95 y Adblue.
El desembarco llega, además, con tres particularidades que diferencian a la compañía vasca con el modelo de gasolinera que se afianza en España: el personal —EasyGas cuenta con personal en cada una de sus gasolineras que ayuda a cada cliente a repostar y cobrar, la mayoría personas con discapacidad o con problemas para incorporarse al mercado laboral—, su precio competitivo —unos 20 o incluso 25 céntimos menos que las grandes marcas del mercado—y la calidad de su producto EXO P1000 —testado mejor carburante por un laboratorio independiente—.
“Estoy muy orgulloso del modelo que seguimos. No es nada que no estuviera inventado, pero es algo que no es habitual. Lo normal es que si una conductora o un conductor busca ahorrar dinero al llenar su depósito, tenga que servirse su gasolina, muchas veces de calidad mediocre, con lo que ello supone: mancharse, vivir situaciones que pueden rozar el peligro, fallos mecánicos por la pobre aditivación y, sobre todo, destrucción de empleo”. “Las personas necesitan personas”, añade Barrenengoa.
Por el momento, la gasolinera de Porriño contará con una decena de trabajadores —todas ellas personas con discapacidad, siguiendo el negocio de convertir las gasolineras en centros especiales de empleo que ha seguido durante más de 20 años— que ayudarán a cada cliente a servirse su gasolina. Se espera que próximamente, a medida que la sociedad gallega conozca el nuevo emplazamiento, EasyGas pueda ampliar su plantilla con la contratación de nuevo personal.