Reducir el consumo de carburante se ha convertido en prioridad. Conducir de manera eficiente contribuye al cuidado del medio ambiente reduciendo las emisiones de co2. Además, permite ahorrar de manera notable el consumo de combustible.
Por ello, en el blog de Easygas os contamos los mejores consejos para ahorrar gasolina mientras conduces.
No aceleres al arrancar
Para realizar una conducción eficiente, se debe arrancar el motor sin pisar el acelerador. Usa la primera velocidad solo para iniciar la marcha y, tras los primeros segundos o metros recorridos, mete la segunda marcha. Hazlo lo antes posible.
Si el vehículo tiene un motor diesel, se recomienda esperar unos segundos antes de arrancar para que el aceite llegue en las condiciones adecuadas. Sin embargo, si el coche es de gasolina o eléctrico, puedes hacerlo inmediatamente.
Ahorrar con el mantenimiento de tu coche
Lubricantes, líquidos, inyectores, bujías, filtro del aire, nivel de agua y aceite… Cualquier elemento es fundamental para el coche. Por ello, es muy importante el mantenimiento. El mal estado de alguno de ellos puede provocar que aumente el gasto en tu bolsillo. Por ejemplo, la mala elección del aceite puede producir que se gaste hasta un 3% más de combustible.
Conduce marchas adecuada y a bajas revoluciones
Este es uno de los consejos de ahorro más eficientes. Puedes llegar a ahorrar hasta un 15% en combustible. O con otros números, unos 250 euros cada 20.000 km recorridos. En los coches diésel se recomienda cambiar entre las 1500 y 2000 revoluciones y, en los de gasolina, entre las 2000 y 2500.
Como hemos mencionado en el punto anterior, la primera marcha solo hay que utilizarla para iniciar el camino. A los pocos segundos, mete segunda y cuando alcances los 30 km/h, tercera. Cambia a cuarta marcha a partir de los 40 km/h y quinta, a los 50 km/h. Mete sexta cuando superes los 80 km/h.
Aprovecha la inercia
No pegues acelerones ni frenazos, realiza una conducción inteligente. Aprovecha la inercia del estado de la carretera. Si te encuentras en un tramo descendente, levanta el pie del acelerador y deja bajar al coche. Nunca pongas el coche en punto muerto. También puedes utilizar esta técnica en las curvas.
En cambio, si mientras conduces te encuentras con pendientes ascendentes, procura tener la marcha más elevada posible. Aunque tengas que pisar más el acelerador. Tu bolsillo te lo agradecerá.
Comprueba la presión de los neumáticos
Si el fabricante de los neumáticos marca una presión determinada es por algo. Hazle caso. La falta de presión hace que el vehículo ofrezca una resistencia mayor a las rozaduras. Es decir, el motor tiene que aumentar su potencia para que el vehículo circule y, por tanto, generará un gasto mayor de combustible.
También hay que tener en cuenta las condiciones climatológicas. No es lo mismo circular a temperaturas normalizadas que con lluvias torrenciales. No busques ninguna excusa, puedes regular la presión en cualquier estación de servicio cercana.
Reduce la carga de tu coche
Seguro que lo has escuchado muchas veces, pero lleva solo lo que necesites en tu viaje. No solo es cuestión de espacio sino también de eficiencia. Si el maletero del vehículo está sobrecargado, puede consumir un 40% más en una media de 120 km/h.
Si tu coche tiene baca y decides utilizarla, debes tener en cuenta que podrás gastar hasta un 35% más de gasolina. Vacía o no, seguirá afectando a la aerodinámica del vehículo. Más datos. Si introduces unos 100 kg a bordo innecesarios, se dispara el consumo de gasolina en torno a un 6%.
Sube las ventanillas
El aire acondicionado no solo se implantó en los coches para mejorar el confort de los pasajeros en verano. Conducir con las ventanillas bajadas, incrementa el gasto un 10%, ya que se provoca una mayor oposición al movimiento natural del vehículo.
El aire y la fuerza de rozamiento aumenta. Utiliza el aire acondicionado y la calefacción sólo cuando sea necesario. Se recomienda solo bajar las ventanillas cuando se circula por carreteras de pueblos y ciudades de poco tránsito y bajos niveles de contaminación.